viernes, 26 de octubre de 2012

Modelo de Gestión Estratégica Escolar




En este modelo se enfatiza que la educación no es un asunto de exclusiva competencia del docente, sino que existe una multiplicidad de factores que la determinan (tanto dentro de la escuela como fuera de ella). En consecuencia, es menester tomar en cuenta todos esos elementos para el logro de una mayor calidad en el servicio educativo, pero también de aprendizajes más relevantes a partir de una gestión institucional, escolar y pedagógica.
Parece claro, desde el documento que lo sustenta, que cada escuela es una unidad independiente y esencialmente distinta que las demás, y que, en tanto, sus procesos para el logro de resultados no serán homogéneos.
Esta breve afirmación tiene un sinnúmero de implicaciones. Primero, cada escuela deberá conocerse a partir de un diagnóstico y tomará decisiones en función de sus características; definir un propósito y metas claras y posibles; así, la escuela deja de ser un espacio cerrado para permitir el involucramiento de figuras que tradicionalmente no se relacionaban con la educación; también deberá establecerse un clima organizacional innovador y abierto, entre otras.
Por supuesto es necesario un esfuerzo sin precedentes. En primera instancia la transformación de la función supervisora y directiva que tradicionalmente se circunscribía a los aspectos de control y administrativos y ahora requiere constituirse como un líder académico y organizacional sin dejar de lado la función administrativa, pero sobre todo, deberá proponerse la tarea de identificar en su personal las cualidades que le permitan compartir ese liderazgo e incrementar los niveles de corresponsabilidad en la tarea educativa a través del trabajo colaborativo.
Otro elemento indispensable será sentar las bases para una planeación estratégica participativa y una participación social responsable, lo que significa abrir las puertas de la escuela a otras miradas y opiniones diversas.
Lo anterior resultaría del todo inútil si no se modifica de fondo la concepción de la evaluación y se piensa en ella como un proceso continuo que aportará elementos cuantitativos, pero sobre todo cualitativos para la toma de decisiones.
La tarea parece titánica si pensamos que, históricamente, la educación se perfilaba como un proceso solitario. Por una parte, los directivos con un rol casi exclusivamente administrativo, el docente solo con sus estudiantes en el aula, el supervisor escolar ejerciendo un papel de control, los padres de familia tomados en cuenta solamente en asuntos de organización y economía, y la escuela aislada de la comunidad y cercada por gruesas y altas paredes (reales y simbólicas).
Mil y un preguntas me asaltan. No tengo respuestas.

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